En octubre, con el comienzo del otoño, solemos ir al huerto a sembrar diversas especies.
Aunque no te des cuenta, viajas dentro de una gran pelota llamada Tierra
que cada año da una vuelta al sol. Si prestas atención a todo lo que te
rodea y cierras los ojos durante unos segundos, quizás puedas sentir el
leve movimiento de la Tierra suspendida en el cosmos. Nos movemos todo
el tiempo y en este transitar, aquello que nos rodea cambia, se adapta a
la nueva ubicación de la Tierra.
El otoño
nos muestra este proceso con su cambio de colores, con la
transformación de los paisajes y la migración de los animales. Ellos,
son conscientes de que algo pasa y se adaptan a este cambio cíclico sin
resistencia.
En nuestro caso, el abuelo Andrés, nos acompaña y trae los plantones que tan generosamente nos regala.
Nos ayuda a que cada uno de las niñas y niños siembre una planta en los 3 lomos que tiene la clase: este año han sido acelgas, cebollas, hinojos y puerros.
También aprovechamos la visita a la parte trasera del colegio para explorar los árboles frutales que hay allí. Dentro de poco, tendremos más bonita esta zona con cesped artificial...pero ya os lo mostraremos en su momento.
Es un sitio que les encanta y se lo pasan muy bien correteando por la zona y explorando.
Este contacto con la naturaleza es fundamental a estas edades. Los sentidos corporales están desarrollándose en estos momentos y los objetos reales son ideales para ello.
Por ello, tras estar en el huerto, hemos realizado en la clase nuestro masaje "de sembrar en el huerto".
El HUERTO se realiza en pareja. Es un masaje perfecto para crear un clima íntimo y cálido.
Las sensaciones que despierta pueden llevarnos a risas o cosquillas con
lo que además de relajarnos también produce vínculos afectivos entre
las dos personas. A nosotros nos encanta este masaje!!
PREPARACIÓN:
Busca un ambiente tranquilo y a ser posible donde no haga mucho frío. Si
quieres puedes acompañar el momento con música relajante. Organiza
a los niños/as por parejas donde uno se colocará dentro de su caparazón
boca abajo, como si fuera una tortuga durmiendo y el otro, se sentará a
su lado preparándose para realizar el masaje en su espalda.
PRÁCTICA:
- El masajista levanta la prenda de ropa que tapa la espalda del niñ@ dejándola al descubierto.
- Explicamos que su espalda es un tierra fértil en la que vamos a plantar
- Comezamos arando la tierra: rascando suavemente su espalda de arriba a abajo
- Pasamos el tractor por toda la tierra: acariciando toda la espalda con la mano firme
- Ahora necesitamos hacer pequeños agujeritos para introducir la semilla: damos golpecitos con la punta de los dedos
- Ponemos las semillas (Haciendo pequeños pellizquitos en toda la espalda)
- Regamos toda la tierra (Abriendo y cerrando las manos de arriba a abajo)
- Ahora la tierra sólo necesita al sol!!
Nosotros tenemos nuestro propio calor!! Primero el masajjista siente su
aliento en la mano y después lo echa suavemente sobre la espalda. Para
terminar, el calor de nuestro cuerpo con un suave y cariñoso abrazo!!
Podéis hacerlo en casa, en familia y podéis hacer los cambios que os vengan mejor.
Una estupenda alternativa a los dispositivos electrónicos.
FOTOS:
https://photos.app.goo.gl/fpjatFRFR9J2ovEq8